TXOMIN ARANA SUPERANDOSE EN EL DIA A DIA

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TXOMIN ARANA SUPERANDOSE EN EL DIA A DIA

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TXOMIN Arana sufrió a principios de abril en Abu Dabi el accidente más fuerte de su carrera, provocándole graves lesiones en la espalda que tuvieron que ser intervenidas con urgencia en la propia capital de los Emiratos Árabes Unidos. Ahora, el de Ereño solo se repite una cosa. Tirar hacia delante. Es su leitmotiv. El pasado no se puede cambiar y ahí queda. Es el turno de mirar al futuro y trabajar duro para recuperarse lo antes posible. Serán mínimo seis meses de intensa rehabilitación, sin la certeza de saber si podrá volver a pilotar la moto con garantías y con la posibilidad de tener que renunciar a su objetivo del año: el Dakar de 2017.

Todo cambió en un momento para Txomin Arana. Todos sus planes para el año, sus ilusiones de cara a vivir una temporada diferente en el mundo de los rallyes, las esperanzas de llamar la atención de patrocinadores gracias a sus actuaciones en el Mundial… se fueron al traste tras el accidente. Un descuido y adiós. “Ha sido una pena porque estaba preparando el Dakar de 2017 con mucha ilusión. Iba a hacer rallyes y muchos kilómetros, pero todo ha cambiado. Aun así, tampoco se puede mirar atrás y ahora hay que hacer frente a lo que viene”, declara Arana, que vivió uno de los momentos más críticos de su vida: “Nunca me había hecho una avería tan grave y pensé que ahí se había terminado. Me operaron, estoy más tranquilo, y ahora solo pienso en recuperarme”.

El accidente de Arana se produjo el último día del Abu Dhabi Desert Challenge. El piloto de Ereño luchaba por los primeros puestos y a falta de pocos kilómetros para la meta tuvo que abandonar. “No recuerdo nada del golpe, eso es lo peor, me da rabia porque no sé dónde o cómo fallé. Por lo que me dijeron, salté una duna y caí sobre una hierba de camello, que es tan dura como una piedra”, explica. El vizcaino fue trasladado al hospital en un estado de semiinconsciencia y pasadas las horas pudo “tranquilizarme al ver que podía mover las extremidades sin problema”.

Ahora, al de Ereño le espera una fase de recuperación que no bajará de los seis meses y que le hace plantearse más de una duda: “Todavía no sé plazos concretos de rehabilitación y es pronto para valorar cosas. No sé si me va a influir en el pilotaje de la moto o igual empiezo con dolores y no puedo montar. Pero anímicamente estoy bien y sé que me lo tengo que tomar con calma”. A pesar de la gravedad, Arana se siente afortunado pues “me podía haber quedado en una silla de ruedas” y pese a reconocer que el Dakar está “en el aire” ya trabaja dispuesto a superar este desafío, uno muy diferente a las dunas argentinas y en el que no podrá dar gas, pero que va superando día a día.